Un diario como los de antes

Diario
Querido diario...

Esa era la manera tradicional de empezar. Y estoy seguro que los que lo hacían, lo recuerdan con cariño. 

Hoy en día ya no se lleva tanto, al menos en papel. En lugar de eso, hubo una época antes de las redes sociales, donde mucha gente empezó a hacerlo en digital. Cada uno ponía lo que le interesaba, lo que le entusiasmaba, lo que sentía. Igual que en su equivalente de papel.

Pero poco a poco se fue especializando y surgieron blogs que eran auténticos espacios monotemáticos donde encontrar prácticamente cualquier información y a veces con una especialización y detalle increíbles. 

Esto de por sí no era malo, pero se fue perdiendo ese cajón desastre que eran los diarios, donde un día hablabas de lo que habías cenado y otro de la cita que tuviste con aquella persona y que te hizo sentir tan bien. O aquellos secretos, lo que hiciste, lo que no pudiste hacer... 

Yo nunca tuve uno de esos, al menos en papel. Sin embargo, este blog, en otro tiempo fue algo parecido a lo que eran los analógicos. Pero representaba una forma de pensar que ya no tengo. Así que por eso lo cerré.

Hoy mi forma de ver las cosas ha cambiado, y eso quiero representar en este blog. El otro no lo he borrado, sólo lo he archivado, como haríamos con esos diarios que un día pasaron del cajón de nuestro escritorio a una caja en el trastero o en el altillo de nuestro ropero.

Sé que este blog pasará tan desapercibido como el otro, porque soy un simple programador y padre de familia sin nada relevante que decir, pero me gustaría tener un lugar donde expresar lo que pasa por mi vida, más allá de un simple documento en Google Drive.

Pero, a rasgos generales, ¿qué se podrá encontrar en este blog? Pues hablaré de cine, de cosas interesantes que vea, de lo que me pase en mi día a día que merezca la pena ser recordado. Porque eso es lo que pretendo, tener un lugar donde guardar lo que pase por mi vida y que no se pierda en el olvido.

También escribiré cosas no tan recientes, cosas antiguas que por lo que sea me acuerde. Porque habrá un momento en el que ya no me acuerde, y quiero que todas ellas las conserven mis hijos y puedan ver lo que hizo su padre y cómo pensaba.

Tengo que aclarar que algunas cosas estarán noveladas con suficientes cambios como para preservar la intimidad de los que participen en ella. Pero aunque no todo será exactamente como ocurrió, las líneas generales sí serán las mismas.

Así pues, comencemos.

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